El enmarcado no es solo una cuestión estética, sino una forma de proteger, realzar y dar valor a aquello que se quiere conservar. Detrás de cada pieza bien presentada hay una mirada experta capaz de equilibrar materiales, colores y proporciones para lograr un resultado armónico y duradero. En De La Paz art & co. nos encargamos que esa magia suceda.

Una foto, un dibujo, un diploma o un objeto especial cobran un nuevo significado al ser enmarcados y colocados en la pared. No solo se protegen del paso del tiempo, sino que adquieren un lugar visible, cotidiano y emocional. Una imagen guardada en un cajón deja de generar conexión; al colgarla, vuelve a contar una historia.

Uno de los principales motivos por los que los clientes eligen este tipo de servicios es el asesoramiento personalizado que ofrece De La Paz art & co. La mayoría llega sin una idea precisa de qué marco necesita, confiando en la experiencia del equipo para encontrar la mejor opción según la obra, su estilo y el espacio donde se exhibirá.

El servicio se adapta a los nuevos hábitos. Muchas consultas se resuelven de forma virtual, a través de WhatsApp. El cliente envía fotos y medidas, y recibe imágenes comparativas o fotomontajes que le permiten elegir desde su casa. Aun así, la recomendación sigue siendo ver los materiales en persona, donde las texturas y colores se aprecian mejor.

Cómo elegir el marco ideal

Cada tipo de pieza tiene su tratamiento. Las fotografías suelen lucir mejor con marcos finos o tipo caja, en tonos negros o madera natural. Los diplomas requieren un formato sobrio y profesional, mientras que las obras de arte admiten una gama más amplia: desde dorados clásicos hasta maderas lisas.

Los objetos tridimensionales, como recuerdos o piezas con volumen, se enmarcan en marcos profundos hechos a medida, fabricados en carpintería. Estos permiten conservar y exhibir objetos personales sin alterar su forma, adaptando el diseño a su grosor y, si es necesario, incorporando vidrio protector.

Otros que sobresalen son los enmarcados contemporáneos, que se diseñan para destacar la pieza y no competir con ella. Se utilizan molduras de líneas simples, predominan los tonos neutros y materiales nobles como la madera natural o el lino. Cada elección busca que la obra respire, conserve su carácter y a la vez se integre a un entorno actual.

Las tendencias actuales apuntan a lo natural, simple y versátil. Predominan las maderas claras y los marcos delgados que dejan respirar la obra. El negro sigue siendo un clásico atemporal, ideal para fotografías y piezas gráficas, mientras que los tonos madera —caramelo, chocolate, dulce de leche— aportan calidez y equilibrio.

Los marcos dorados se reservan para casos puntuales o piezas con una estética clásica. La prioridad es que el marco acompañe sin imponerse, logrando una elegancia discreta y contemporánea.

El paspartú: un detalle que marca la diferencia

La combinación correcta entre moldura, paspartú y fondo puede realzar los colores, acentuar la profundidad y dar protagonismo al trazo o la textura. Un marco inadecuado, en cambio, puede opacar completamente una pieza.

¿Sabías que el paspartú es tan importante como el marco? Su función va más allá de separar la obra del vidrio: permite equilibrar, centrar y dirigir la mirada. Elegir el color, el grosor y la textura adecuados puede transformar una composición entera.

En muchos casos se utilizan dobles paspartú, descentrados o forrados en telas como lino o arpillera, lo que agrega textura y calidez. En obras contemporáneas o abstractas, se opta por eliminarlo por completo, reemplazándolo por marcos finos tipo “escalerita” que mantienen una estética limpia y moderna.

El trabajo con paspartú también tiene un componente artesanal. Se mezclan pinturas en el taller para lograr tonos personalizados, a veces inspirados en los colores de la propia obra. Y, esos detalles, son los que hacen que finalmente cada enmarcado sea una pieza única.